Semillas de sueños esparcidas por el mundo

En una noche calurosa y tranquila de verano,hace mucho tiempo un hombre viejo,que se encontraba en aquella etapa de la vejez donde solo estaba esperando la llegada del último visitante, miraba cariñosamente al niño de unos 5-6 años, acomodado en la cama,que tenía los ojos cerrados pero muy atento al nuevo cuento que él le contaba. Antes de dormir esa era la costumbre de los dos de entrar a través de las palabras en otros mundos, de vivir aventuras, de encontrarse con lo inesperado y el peligro. Nicolás lo contaba con todo su espíritu, lleno de alegría y amor porque ese era su modo de transmitir a su queridísimo nieto la fuerza y el deseo de cumplir su sueño. Su sueño era ver algún día el mundo entero. Nicolás nunca podría llegar a ver ninguno de esos lugares, ni de vivir ni la más pequeña aventura. La segunda guerra mundial, cruel y injustamente le arrebato las dos piernas. El niño que dejaba volar su imaginación y vivía al lado de todos esos héroes las más maravillosas aventuras del mundo era Ionut, el que hoy en día se identifica como "El Paralímpico Solitario".
A los 8 años de edad Ionut sufrió un accidente que le dejó discapacitada la pierna derecha. Toda su vida cambió por completo. Pero en las tinieblas que rodearon su infancia encontró el resplandor de su interior, y cargado de tenacidad y resistencia, escapándose en el mundo de los deportes y empujado por la fuerza de Nicolás ha conseguido no solo sobrevivir sino triunfar. Ahora, como homenaje a su abuelo y a todos los que tienen ilusiones en la vida y que les parecen imposibles de cumplir, Ionut va a dar la vuelta al mundo esparciendo semillas de sueños y aventuras. El proyecto se llama "El Paralímpico Solitario"